Una amplia área del territorio español goza de una cantidad de horas de sol envidiable para la gran mayoría del resto de estados europeos. Pero en ciertas regiones, como en la mayoría de nuestros países vecinos, saben que, con el fin del verano ha llegado el momento de hacer tanto el cambio de armario como también el de cambiar los neumáticos de invierno y guardar los de verano hasta el año siguiente.
Esta costumbre parece extenderse de manera progresiva y paulatina entre los usuarios de los vehículos allá donde el cambio a las ruedas de invierno cuando las primera nubes acechan y el termómetro empieza a costarle superar a mitad del día los 20 grados es ya más que una rutina incorporada con el paso de los años.
Y es que, ante la llegada del húmedo otoño y frío invierno, con la citada bajada de temperaturas y una calzada húmeda o mojada, la respuesta de los neumáticos estivales puede llegar a comprometer el manejo del automóvil y, por ende, la seguridad tanto de sus ocupantes como de quienes interactúen con un coche con gomas de verano.
Cuando un automóvil con neumáticos estivales transita, ya no solo fuera del asfalto, sino el mismo alquitrán pero una vez la estación ha acabado, lo hace en unas condiciones para las ruedas que no han sido diseñadas.
Ésta es la clave para entender por qué es más que aconsejable cambiar los neumáticos de verano por los de invierno cuando da comienzo el otoño, pero también en el cambio estacional inverso.
Los fabricantes diseñan sus productos según su uso
Como especialistas en la materia, los fabricantes de ruedas diseñan sus neumáticos de acuerdo al uso que los vehículos que vayan a montarlos den de estos.
No es lo mismo transitar con unas ruedas All Terrain para uso off-road que con unos neumáticos para rodar con un deportivo de elevadísimas prestaciones en una jornada de tandas en circuito o track day.
Lo mismo tampoco es circular, incluso, por una misma calzada en verano que en invierno. El estudio y análisis del entorno conlleva la fabricación con unos compuestos y diseños concretos los diferentes tipos de ruedas que las marcas de neumáticos ponen a la venta.
¿A qué temperatura es conveniente cambiar los neumáticos de verano por los de invierno?
Los estudios de las marcas de ruedas demuestran que, cuando la temperatura es inferior a 7 grados, los neumáticos estándar pierden su agarre.
Esto no significa que, por encima de ese umbral térmico, la eficacia sea mejor sino que, según desciende la marca térmica y se aproximan a los 7º C, su eficacia es menor de manera gradual y progresiva hasta que la balanza se inclina en favor de cambiar los neumáticos de invierno dada su mejor respuesta en condiciones ambientales frías o adversas.
La temperatura ideal de funcionamiento de un neumático es crucial para un uso óptimo. De hecho, la ganancia o pérdida de adherencia está directamente relacionada con el calor que se produce en la interacción entre la rueda y el pavimento.
Cuanto menor es la temperatura, peor es la capacidad de tracción, por ende, puede suponer la pérdida del control del coche y, con ello, se compromete no solo la trazada deseada o ideal sino la detección segura del vehículo.
¿Los neumáticos de invierno son válidos solo para rodar sobre nieve?
No. Las ruedas de invierno están diseñadas para responder en las situaciones propias de la estación. Esto es, frío, humedad y otras adversidades propias como la de superficies deslizantes, bien sea por la presencia de hojas en la calzada, agua, nieve, barro…
El diseño del dibujo del neumático de invierno está hecho de tal forma que, además de presentar mayor cantidad de ranuras, es decir, el dibujo es más copioso, se ha diseñado para evacuar de manera más efectiva aquel material que pudiera quedar alojado en los surcos, o bien fomentar el agarre en aquellos terrenos donde la tracción quede comprometida por elementos del entorno habituales de las épocas de otoño e invierno.
De hecho, gracias a montar ruedas de invierno, es posible que no sea necesario recurrir al uso de cadenas cuando así sea exigido ya que, aquellos neumáticos certificados como de invierno, podrán rodar, no solo en cuanto a potencial, sino a legalmente, sin tener que ser cubiertos por cadenas o fundas para circular por la nieve.
¿Tener dos juegos de ruedas es gastar el doble en neumáticos?
Muchos usuarios rehúsan la idea de cambiar los neumáticos de invierno por aprovechar los de verano todo el año.
Una opción respetable pero también refutable puesto que, al margen de obviar la ganancia incuantificable en seguridad al volante, contar con dos juegos de ruedas supone reducir, posiblemente, a la mitad, el desgaste del único juego y por ende, el gasto anual en neumáticos, habida cuenta de prolongar su vida útil por un uso adecuado a la estación.
¿Qué hago con las ruedas de verano en invierno y al revés?
Es posible que algunos usuarios quieran disponer de dos juegos de neumáticos, uno por cada estación, pero, sobre todo si aparca en vía pública, sea difícil encontrar un lugar donde poder mantener a buen recaudo las ruedas que estén fuera de uso.
Por ello, existe un programa de custodia de las ruedas desinstaladas que disponen algunos talleres especializados por lo que, es interesante informarse sobre esta posibilidad, habida cuenta de que también es posible almacenar los neumáticos en desuso un lugar cerrado, protegido de las inclemencias propias de estas estaciones, como pueda ser un garaje privado o, incluso, un trastero.