No hay ni un único modo ni un tiempo estándar que pueda describir el proceso de recarga de un coche eléctrico por la sencilla razón de que, ni todas las tomas son iguales, ni todos los coches cuentan con la misma configuración.
Por eso no es posible resumir en un único método cómo se carga un automóvil de la nueva era de la movilidad que recurre, por completo, al almacenaje y consumo de energía eléctrica.
Pero sí que es cierto que, si tomamos los 3 tipos genéricos de carga que desde tanto la industria de la automoción como de las productoras energéticas, así como los puntos de conexión a la red eléctrica doméstica existen, podemos diferenciar los siguientes tipos de recarga para con un vehículo eléctrico.
Recarga de un automóvil eléctrico en una toma doméstica
Además de ser la más lenta, es la menos aconsejada dado que, por lo general, los enchufes domésticos fueron concebidos para nutrir de energía a electrodomésticos con menor carga de exigencia. El uso prolongado y habitual de estas tomas, puede sufrir daños y, por ende, incidir en un riesgo eléctrico que provocara una situación de peligro.
Sea como fuere, teniendo en cuenta que, el flujo de energía eléctrica destinada al consumo doméstico se fija en 16 amperios y 230V, la potencia obtenida a partir de una toma de corriente monofásico de tipo Schuko aporta, tan solo, 3,7 kW. Dependiendo de la capacidad de almacenamiento del acumulador eléctrico del vehículo, el tiempo de carga completa podría oscilar entre las 6 y las 12 horas, aunque, es cierto, que lo más habitual es que ronde entre las 5 y las 8.
En caso de disponer de una toma trifásica, que supondría 16 Ah y 400 V, la potencia ascendería a 11 kW, permitiendo una reducción del tiempo de recarga de un coche eléctrico hacia las 2-3 horas, volviendo a incidir en la capacidad que el vehículo pudiera acumular.
El uso de los ya conocidos y extendidos Wallbox, permite una adaptación de la toma de la electricidad a partir de una instalación doméstica, haciendo más segura su conexión y más rápida la recarga.
Carga en una toma semirrápida
A pesar de que es posible recargar un coche eléctrico conectado a una toma de corriente monofásica de 230 pero de 32 a 62 Ah, de esta manera se considera una recarga semirrápida ya que, contando con una potencia de entre 7,4 y 14,5 kW, el tiempo de recarga varía entre las 3 y la hora y media, dependiendo de las características propias del proceso.
Igualmente, algunos cargadores semirrápidos también cuenta con tomas trifásicas de 400 V, de 32 a 63 Ah y potencias mayores, de 22 a 43,5 kW, que permiten reducir aún más el tiempo invertido, entre media hora y una hora completa.
Carga rápida de un vehículo eléctrico
Aunque existe cierta controversia por la idoneidad de este tipo de proceso de carga y su repercusión a medio-largo plazo en los acumuladores, la recarga rápida de un coche eléctrico supone alcanzar alrededor del 80 por ciento de su capacidad de carga invirtiendo un tiempo moderado en tal proceso.
En teoría, con esta recarga, el objetivo no sería otro que el de no quedarse sin energía durante un viaje o antes de que finalice el mismo y poder recorrer la distancia necesaria para llegar a un punto de recarga donde la batería sacie su demanda por completo.
Sea como fuere, los puntos de recarga rápida suelen ofrecer tomas de corriente continua de entre 400 y 600 V, cuya potencia puede llegar a 240 kW, en los que el tiempo invertido sería próximo a los 20-30 minutos pero también los hay que ofrecen hasta 500 V, 250 Ah y 220 kW lo que reduciría a la mitad el periodo de conexión a la red eléctrica.